Deuda externa: la reciente marca negativa de River fuera del Monumental :: Olé

El “son canchas chicas, donde el pasto está seco y se hace difícil de jugar” de Leandro González Pirez el sábado post derrota contra Argentinos sintetiza casi a la perfección parte de lo que últimamente le viene pasando a River cada vez que sale del Monumental: acostumbrado a un campo único en Sudamérica y a unas dimensiones que le vienen como anillo al dedo a su estilo de juego, se siente incómodo cuando las condiciones son diferentes. Y eso es una debilidad, tal como se observó en el reciente mes calendario…

Porque de los últimos cinco partidos que el equipo de Demichelis jugó fuera de su imponente estadio, apenas ganó uno (Libertad, muy buen triunfo), empató dos y perdió la misma cantidad, sacando el 33,3% de los puntos en juego. El tema, además, es cómo se dieron o qué significaron esas veces en las que no se pudo ir sonriente: todas, en diferentes escalas, tuvieron una repercusión negativa y críticas en un sector mayoritario de los hinchas.

De las dos igualdades, una fue dolorosa por las formas (Nacional, de 2-0 a 2-2 en un flojo segundo tiempo) y la otra, ante Temperley por la Copa Argentina, prácticamente fue como una derrota (reconocida así por Demichelis al decir que “nunca habíamos perdido dos partidos seguidos”). Si bien ambos campos de juego no se presentaron en óptimo estado -sobre todo el del Gran Parque Central-, eso no termina siendo excusa porque incluso en algunos tramos de ambos partidos (el ST en Uruguay y el final en Mendoza) hasta fue superado futbolísticamente.

Por otro lado, las dos derrotas calaron bastante hondo, fundamentalmente por el nivel y el estilo de juego que mostró el equipo en la cancha: en la eliminación en cuartos de final de la Copa de la Liga contra Boca (en el Kempes), River cambió sus formas, esperó al rival y apostó por lastimar de contragolpe, algo que solo consiguió una vez, en el gol (de hecho, tuvo menos la pelota en el primer tiempo); y en el reciente 0-1 ante Argentinos, el hecho de que haya pateado una sola vez al arco habla por sí mismo del mal partido disputado.

Esta merma en la performance fuera del Monumental, que no coincide con lo que el equipo venía mostrando en el año (seis triunfos, tres empates y una derrota hasta esta seguidilla), es algo que ocupa al cuerpo técnico para revertir lo más rápido posible: pensando en la Libertadores, si bien es prácticamente un hecho que definirá los octavos de final en casa (debería perder con Táchira y Nacional golear a Libertad para terminar segundo), volverse a Núñez con un resultado adverso puede ser complicado y hasta decisivo.